EL MAREMOTO
Un día que la mar estaba muy tranquila, fui con Elena, Alba, Carla y Sara al centro nuevo que habían construido en Candás. Nuestros padres no se habían enterado de que habíamos ido allí, porque estaban en casa obsesionados con un programa de televisión. De repente oímos el ruido del agua, pero enseguida pasó. Cuando ya eran las 19,30 horas volvimos a casa, no había nadie.
-Voy a encender la luz. No enciende, ¡qué raro! –dijo Alba.
-Seguro que ha habido un apagón -dijo Elena.
-O tal vez hayan cortado ellos la luz para asustarnos -exclamó Carla.
-Yo creo que Elena tiene razón, ha habido un apagón –dije.
-Yo opino lo mismo que Loreto –dijo Sara-. Pues así era, había habido un apagón por culpa de un maremoto. Revisamos todas las casas, y después de salir de la de Sara, nos dimos cuenta de que las calles estaban mojadas. Enseguida descubrimos que hubo un maremoto pero habíamos tenido suerte, el maremoto fue pequeño y no estropeó ninguna casa.
-Busquemos por todos los lados, nos dividiremos en grupos –dije-. Alba, Elena y yo revisaremos todos los edificios y calles a partir del parque Les Conserveres hasta el muelle, y Carla y Sara desde el parque Les Conserveres hasta la Matiella.
A Elena, Alba y a mí nos tocó el lado de la iglesia y allí estaban todos rezando para que volviésemos, porque ellos ya sabían que había ocurrido un maremoto. Luego todas les explicamos a nuestros padres que dentro del nuevo centro de Candás no nos había pasado nada.
